GRULLA CORONADA

 Desde los tiempos de la fotografía analógica he tenido una afición desmedida por este arte. Y desde siempre me hubiese gustado fotografiar animales salvajes. Lo intenté con poco éxito, entre otras cosas, porque nunca he tenido un teleobjetivo lo suficiente potente.

 Incluso traté de alquilar un HIDE en Gallocanta, al que había que entrar y salir de noche para no espantar a las grullas, pero no quedaba ni una sola plaza libre.

 En un viaje a Tenerife, y cuando menos lo esperaba, visitando Loro Parque me topé de bruces con una Grulla Coronada que se dejó fotografiar a placer. Le hice decenas de fotos y una de las que más me gusta es la que muestro aquí. No tiene tanto mérito porque están acostumbradas a los seres humanos pero algo es algo.